Se trata de uno de los cánceres más frecuentes de los órganos reproductores. La mayoría de los casos de cáncer de cuello uterino se deben a una infección por el virus del papiloma humano (VPH).
Antes de que aparezca este cáncer, las células del cuello uterino muestran cambios precancerosos conocidos como displasia, en la que comienzan a aparecer células anormales en el tejido del cuello uterino. Una citología cervical busca alteraciones en las células del cuello uterino que puedan acabar en un cáncer.
Con el aumento del uso de la citología, la mortalidad por cáncer de cuello uterino ha disminuido considerablemente. La posibilidad de tratar con éxito el cáncer es máxima cuando se detecta de forma precoz.
Tipos:
Hay dos tipos principales de cáncer de cuello uterino; cada uno se desarrolla a partir de diferentes tipos de tejidos. El más frecuente (en torno al 80% a 90%) es el carcinoma epidermoide. El otro 10% a 20% son adenocarcinomas.
SíntomasEn sus estadios iniciales, el cáncer de cuello uterino no suele provocar síntomas, motivo por el que es tan importante realizar el cribado poblacional del cáncer de cérvix, especialmente en las mujeres sexualmente activas.