El Programa Mundial de Tuberculosis de la OMS recomienda garantizar la continuidad de los servicios esenciales para las personas afectadas con tuberculosis durante la pandemia del COVID-19.
Las personas enfermas con COVID-19 y tuberculosis muestran síntomas similares como tos, fiebre y dificultad para respirar. Ambas enfermedades atacan principalmente a los pulmones y, aunque ambos agentes biológicos se transmiten principalmente a través de contactos cercanos, el período de incubación desde la exposición a la enfermedad es más largo en la tuberculosis y suele presentar un inicio lento.
Aunque la experiencia sobre infección por COVID-19 en pacientes con tuberculosis es limitada, se prevé que las personas enfermas con tuberculosis y COVID-19 pueden tener peores resultados de tratamiento, especialmente si el tratamiento de la tuberculosis se interrumpe.
Los pacientes con tuberculosis deben tomar las precauciones recomendadas por las autoridades sanitarias para protegerse del COVID-19 y continuar su tratamiento según lo prescrito.
Si usted tiene infección por SARS-CoV-2 y está recibiendo tratamiento para la tuberculosis debe ponerse en contacto con su médico. La infección por SARS-CoV-2 puede ser leve y requerir sólo tratamiento para la fiebre y el mal estar general. No obstante su médico decidirá si es necesario hacer algún análisis o radiografía de tórax.
Si usted presenta síntomas más graves, fundamentalmente falta de respiración, es probable que necesite tratamiento. Algunos de los fármacos utilizados para el tratamiento de la COVID-19 tienen interacciones con el tratamiento que toma para la tuberculosis. En este caso el neumólogo valorará ajustar el tratamiento.
Durante la pandemia por COVID-19 usted debe seguir las normas recomendadas en la Unidad de tuberculosis. Es necesario realizar las pruebas indicadas para el control de la tuberculosis, pero para evitar riesgos de contacto algunas consultas serán telefónicas.
Ante cualquier duda debe contactar con su médico o con la UNIDAD DE TUBERCULOSIS.